jueves, 17 de marzo de 2016

Erisictón y el árbol sagrado de Deméter


Cuenta esto que alguna vez hubo en Tesalia, provincia griega, un rey llamado Erisictón y era conocido por el desprecio que sentía hacia los dioses además de su nulo interés en ofrecerles sacrificios o cualquier tipo de ofrenda.

Un dia se dispuso a talar un anciano roble que los habitantes del pueblo habían consagrado a la diosa de la naturaleza, Deméter. Sus ramas tan pródigas, se elevaban y algunas albergaban a tantos nidos, que caían sobre el suelo fértil y en su tronco estaban grabadas las inscripciones de quienes agradecían su sombra.

Esto al rey poco le importo, argumentando que necesitaba la madera para ampliar una de las salas de su casa. La propia diosa asumiendo la forma de una sacerdotisa le advirtió que semejante sacrilegio seria duramente castigado.



Pese a esto, Erisictón no vio motivos para detenerse y les ordeno a sus sirvientes que lo hicieran pero ellos se negaron, alegaban que era un árbol amado por la diosa Deméter, a lo que el rey respondió: -aunque fuera la propia diosa, lo derribaría igual-, y tomando el hacha él mismo, comenzó a golpear el árbol y del corte manó sangre. Uno de los sirvientes intentó sacar el hacha pero de un golpe fue asesinado por Erisictón, quien enseguida continuó golpeando el roble hasta echarlo abajo.

Entonces la diosa que se había disfrazado de sacerdotisa, revelo su verdadera identidad y condeno al rey a sufrir de un hambre voraz e insaciable durante toda la eternidad. Así fue como en pocas semanas este hombre, había consumido toda la riqueza de su familia exigiendo que le prepararan gran variedad de platillos y exquisiteces en un intento por mitigar el hambre atroz que le acosaba pero siempre sin éxito.


Fue sacado de su palacio y se convirtió en un mendigo que se alimentaba de hojas y desechos de los demás, hasta que llego un momento en que en las calles ya no quedaban hojas secas ni basura para calmar su interminable apetito.

Repudiado por todos, solo y muy enflaquecido, Erisictón opto por una decisión final, con sus dientes se dispuso a arrancar y tragar la carne de sus extremidades mientras su boca se llenaba de su misma sangre. Así fue como se devoro a si mismo, y murió por su propia mano.



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